domingo, 29 de junio de 2014

SE NECESITAN MANOS

         Se necesitan manos. Así, como suena. También como metáfora. Si queremos transformar y cambiar la realidad que vivimos, necesitamos más manos. Manos que empujen en la misma dirección. Manos, con sus brazos y sus hombros, que se unan, desde la diversidad, para empezar a ganar el futuro. Casi no hay tiempo, pero el reto merece la pena.
            La gran apuesta, después de las últimas elecciones, debe ser  trabajar para unir a todos los que quieran un cambio, el que toca ahora, es el local y regional. ¿Nos vamos atrever a juntarnos para ganar las elecciones en Toledo y en Castilla-La Mancha?
            La Brocha piensa que es necesario y urgente que los partidos de izquierdas y, sobre todos, los movimientos sociales y la ciudadanía, (organizada o no), abran  una debate, desde el pragmatismo y sin entrar en disquisiciones esencialistas que no conducen  sino  al aislamiento, para fijarse como objetivo ganar la Comunidad Autónoma para los ciudadanos y “destronar” a Cospedal en la comunidad autónoma, y a las políticas de similares características del Ayuntamiento de Toledo.
            La crisis que vive el país, y, sobre todo, la Comunidad Autónoma: campeones en número de parados, desmantelamiento de la sanidad y la educación pública, raquitismo insultante en servicios sociales, y, para colmar el vaso, la cacicada de la reforma electoral, hacen necesarios esos esfuerzos.
            La situación municipal  no es menos preocupante, sobre todo, después de los últimos varapalos judiciales que ha recibido el planeamiento urbanístico, la falta de iniciativas locales para atajar los problemas de los vecinos de Toledo, la ausencia de iniciativas económicas que palíen la situación de nuestros desempleados, la pasividad ante la muerte lenta de nuestro río, etc.
            Los ciudadanos  piden dar pasos para crear ese espacio compartido capaz de introducir la movilización social (marea verde, blanca, naranja, marchas por la dignidad, etc.) dentro de los muros de las instituciones. Se debe CONSTRUIR UN PROCESO que dote a estas luchas de sentido y que permita generar alianzas más allá de las diferencias concretas de cada grupo.
            Los problemas de los ciudadanos tienen que empujar para articular una gran alianza política y social con capacidad para conseguir el poder político en las instituciones. Una alianza que, desde un programa alternativo  confluya en una propuesta de la mayoría y para la mayoría, una referencia común  que vaya más allá de autodefiniciones ideológicas. Una alternativa que se base en un programa de mínimos construido desde abajo, con unas candidaturas plurales,  que incluya referentes políticos, sociales, sindicales y que tenga en la participación  una seña de identidad propia.  Con una movilización que incluya a la gran mayoría de activos de estos colectivos.
            Es urgente que alguien, individualmente o colectivamente, recoja esta propuesta que no es original de La Brocha, pues es sentida por muchos ciudadanos, y la lance públicamente de forma coordinada desde distintos ámbitos sin reclamar “derechos de autor” que causen recelos desde el principio. Que se trasmita que este proceso es viable y que puede acabar en una alternativa sociopolítica que aglutine a una gran mayoría, es el primer paso para que pase de la utopía a la realidad.
            Es hora de ponerse manos a la obra, sin exclusiones de ningún tipo, para convocar a los sectores, organizaciones, redes, colectivos, etc. con distinta implantación en la ciudad y en nuestra región para trazar una hoja de ruta comprendiendo la complejidad que tiene todo proceso de convergencia.
            No es el momento de ponerse “trampas”, ni de buscar lo irrealizable en el corto plazo, es hora de construir una unidad en lo “social” y desde la participación de los ciudadanos y ciudadanas.
            El tiempo no va a ser la única dificultad a salvar ni el enemigo principal, pero si es un problema que depende de los que crean en esta iniciativa pueden mitigar o agravar.

LA BROCHA NEWS.

martes, 10 de junio de 2014

CONSENSO O DISENSO CONSTITUCIONAL: 1978-2014

          Desde el pasado lunes 2 de Junio, fecha del  anuncio de la abdicación del Jefe del Estado, Rey de las nacionalidades y regiones que, de momento, llamamos Nación española en nuestra Constitución (art. 2 y 56) no oye esta Brocha otra cosa que "CONSENSO CONSTITUCIONAL". 
          CONSENSO que se arroja a los republicanos  para reprocharles "su traición";  CONSENSO para alabar, a los teóricos adversarios políticos de la oposición, reconociéndoles su responsabilidad y  "alza" de miras; CONSENSO para invocar una legitimidad al Jefe del Estado que, además,  trajo la democracia a este país como si los ciudadanos se hubiesen comportado como "candelabros italianos" en la jerga sexual.
          A esta Brocha, que ya tiene sus añitos, le vienen ahora  a la memoria fechas, hechos, lugares, nombres y siglas de aquellos años mitificados y falseados con la clásica expresión de "modélica", y comprueba que el CONSENSO no fue,  ni tal como dicen, ni tanto como creemos: hubo mucho disenso, arribistas de ultimísima hora, incluso quienes intentaron, con tanques,  ametralladoras y tricornios, cargarse el Estado más o menos, democrático, aquella tarde del 23 de Febrero. 
         Para conocer, con rigor histórico, lo sucedido, la bbliiografía  es extensísima: libros, artículos periodísticos, conferencias académicas,  documentales, etc., tecleando en Google, por ejemplo: "CONSENSO CONSTITUCIONAL 1978" aparecen  424.000 resultados; desde la  Wikipedia hasta  los programas de rtve que dirigió Victoria Prego.
          Como no recordar esos artículos de Cambio 16, Cuadernos para el diálogo, Triunfo.
         Las plataformas creadas: La Junta y la Plataforma democrática, que se unieron creando la Plata-Junta, mayoritariamente compuesta por partidos y gentes de izquierdas, aunque no exclusivamente, embrión de lo que llamaríamos "CONSENSO"  y que luego se apropio el centro-derecha para legitimar sus reformas.
          Pero si hay dos  cosas  que esta Brocha tiene muy presente estos días, como antecedentes de lo calificado como "modélico" y que tuvieron mucha trascendencia con posterioridad, son: la legalización del PCE y la firma de los llamados "Pactos de la Moncloa". Pactos que, a su vez, englobaban dos acuerdos: "Acuerdo sobre el programa de saneamiento y reforma de la economía" y "Acuerdo sobre el programa de actuación jurídica y política" (www.transición.org).
          La legalización del PCE, fue parte esencial, entonces, de lo que se llamaba reforma democrática, que culminaría con  las elecciones de junio de 1977 No contó con el apoyo por supuesto de la derecha, entonces encuadra en el "bunker": Alianza Popular y los partidos herederos del franquismo, cuyos dirigentes habían sido, en su mayoría ministros con Franco. Tampoco con una parte muy importante de los empresarios,  de la jerarquía católica y por supuesto por las cúpulas militares, de hecho la legalización hizo dimitir al ministro de marina Pita da Veiga.
          Las negociaciones para la legalización recayeron, fundamentalmente, en José Mario Armero, periodista y amigo de Adolfo Suárez, que trasmitió a Carrillo las "condiciones" que se les imponían para tal fin: abandonar las aspiraciones republicanas y aceptar a Juan Carlos como Rey. Eran lentejas, si quieres las comes y si no las dejas.
          El 24 de enero de 1977 un grupo ultraderechista asalta el despacho de unos abogados del PCE que trabajaban para CC.OO y asesinan a cinco personas y dejan cuatro heridos graves.
            El entonces Comité Central  del PCE, con su secretario general a la cabeza, no tenían en aquella época entre  sus prioridades, el cambio de modelo en la Jefatura del Estado, sino la implantación de un régimen  democrático y de libertades, que llegaría en cuanto hubiese elecciones libres. Y formar, después, un gobierno de concentración con las fuerzas democráticas. El PCE estaba convencido de ser la fuerza hegemónica de la izquierda. El cambio de modelo llegaría después. Por lo tanto, el aceptar esas condiciones impuestas era coyuntural para Carrillo y no tuvo  ningún problema en dar su visto bueno. El 9 de abril de 1977, Viernes Santo, se legalizaba el PCE y el 14 de abril, simbólicamente, el Comité Central aceptaba la monarquía  y la bandera bicolor.
          Otras fuerzas políticas muy activas entonces, sobre todo en el ámbito universitario, no corrieron la misma suerte, me acuerdo, por ejemplo de la ORT, LCR,  PT o el MC, que tuvieron que esperar hasta después de las elecciones para su legalización, aunque se presentaron a las elección bajo plataformas electorales, no obteniendo diputados
          El  consenso había nacido con muertos del PCE y con una parte de la izquierda en un limbo jurídico.
           El 15 de junio de 1977 se celebraron las primeras elecciones. Es importante, para entender lo que está pasando ahora, conocer la composición de aquel parlamento, que luego veremos, y, sobre todo, quienes conformaban las candidaturas. En la Wikipedia hay un cuadro bastante elocuente. Fijaros quienes formaban parte de Alianza Popular, actual Partido Popular, y se comprenderá un  poco la historia de lo que pasó y de lo que está ocurriendo en la actualidad.
         Constituido el gobierno de UCD sin mayoría absoluta el gobierno de Adolfo Suárez promovió inmediatamente una gran pacto económico y político, los llamados Pactos de la Moncloa. 
             Ahora, que se alzan voces reivindicando esos pactos como modelo del "consenso", la Brocha, recuerda que no todas las fuerzas políticas o sindicales firmaron y apoyaron los Acuerdos. Por ejemplo UGT y y una parte importante de CCOO  fueron muy críticos con su firma y posterior desarrollo en la parte económica y social. Alianza Popular con  Manuel Fraga a la cabeza no firmaron el Acuerdo político y jurídico. Curioso el CONSENSO, ¿verdad?.
          Un análisis somero de su posterior desarrollo nos demuestra que no todos lo pasaron mal, en aquel tiempo de crisis galopante.  Los que, de verdad, soportaron los sacrificios fueron los trabajadores: se puso en marcha una negociación colectiva descafeinada, se congelaron los salarios, no se cumplieron las inversiones educativas, etc. A pesar de ello el más firme defensor de aquel consenso entonces,  fue el PCE y su secretario general a la cabeza, Santiago Carrillo, que seguía con la peregrina idea de querer formar un gobierno de concentración, y denunciaba, una vez sí y otra también, a los socialistas por tener una actitud negativa ante los citados Pactos (elpais.com/diario/1978/02/04/espana/255394829_850215.html). Las grandes fortunas de este país fueron otros de los boicoteadores  de los Pactos, en aquello años. La fuga de capitales estaba cifrada en 200.000 mil millones. Como veis sindicatos, PSOE, AP y las grandes fortunas, unos por unas cosas y otros por otras no estaban mucho por el CONSENSO. 

LA CONSTITUCIÓN

          Las elecciones de junio habían dejado un Parlamento sin mayoría absoluta: a la UCD, con 166 diputados; al PSOE con 118 escaños; al PCE con 19; Alianza Popular y sus partidos con 16; nacionalistas catalanes y vascos, presentados en diversas candidaturas, con 14 y 8 respectivamente; PSP de Tierno Galván con 6; y diversos grupos regionalista el resto, hasta completar los 370 diputados de esta primera legislatura.
                Significativo fue comprobar que el PCE no era hegemónico en la izquierda, como lo fue en la dictadura, y que "solo" logró  1.709.890 votos, un 9,33% de los votos. Primó, en su candidatura, más lo simbólico que lo práctico puesto que fueron elegidos diputados quienes tenían que ver más con el pasado que con el presente o el futuro, a pesar de que en aquella época los políticos mejor preparados para encarar el futuro estuviesen en el PCE.  Pero tenían un problema: eran jóvenes. ¿Os recuerda eso algo en la actualidad?
          A partir de entonces, el PCE se convirtió más, en un aliado de Adolfo Suárez que en un partido de oposición, como  lo fue el PSOE. Y no lo dice la Brocha, es el propio Santiago Carrillo quién  se queja al presidente del gobierno en una de sus múltiples reuniones, como cuenta en su libro, Miseria y grandeza del PCE ,  Gregorio Morán.
           El Congreso comienza sus trabajos en agosto de ese año y culminarán el 12 de Diciembre del año siguiente, con un referéndum, aprobándose por una amplia mayoría de electores.
          Sin embargo, y para lo que nos interesa ahora, señalaremos algunos datos, por lo menos, "curiosos" de su tramitación, para comprobar su "CONSENSO".
          De los 16 diputados de Alianza Popular 5 votaron en contra y 3 se abstuvieron, es decir la mitad de los diputados no votaron a favor la Constitución. Los que se llenan la boca de CONSENSO CONSTITUCIONAL ahora, se olvidan, que su partido no apoyó la norma mayoritariamente, y que, incluso, el ex-presidente del gobierno, José  Mª Aznar escribió hasta siete artículos en contra del CONSENSO y de la Constitución (www.meneame.net/story/articulos-aznar-1979-cuestionando-constitucion).
         La Iglesia, los empresarios, el Ejercito y la derecha, como señalamos, durante su tramitación fueron muy beligerantes. Por ejemplo los empresarios se negaban a aceptar los artículos 128, 129 y 131; la Iglesia en los artículos referidos a la educación, al matrimonio y al papel preponderante de la confesión católica; el Ejercito presionaba para eliminar el término nacionalidades y el título VIII, y la derecha  todo un cóctel  de lo anterior.
             La izquierda fue quien más "pelos en la gatera" se dejó, como gusta decir a un amigo. Desde la forma del Estado, hasta la concepción laica, pasando por el escaso  papel que dejaba a la ciudadanía  a la hora de intervenir, directamente, en los asuntos públicos
          Como nota curiosa que está de actualidad diré, para ser justa, que  cuando el 11 de Mayo de 1978 se discutió y votó, en la comisión constitucional, el artículo 1 que establece la Monarquía Parlamentaria el PSOE se abstuvo. Y que cuando se discutió en Comisión el art. 62, que establece las competencias reales, todos los grupos hablaron, menos el representante del PCE, Simón Sánchez Montero.
          No va la Brocha a hacer un relato pormenorizado de todas las disputas que hubo mientras se discutía el texto, para ello recomiendo dos libros: Crónica secreta de la Constitución de Soledad Gallego y Bonifacio de la Cuadra y Crónicas parlamentarias de Manuel Vicent,  pero es de resaltar que tanto AP, como PSOE, en algún momento, abandonaron la ponencia o la comisión correspondiente, y que la Constitución se acordó más en manteles que en el Parlamento.
              Del entusiasmo de 1977 pronto se pasó al desencanto de 1979. Del anhelo que significó el deseo de vivir en libertad y formar parte de un régimen democrático,  a un individualismo apolítico y desengañado. De una participación activa y entusiasta por traer la democracia y libertad se pasó a una práctica política dominada por el conformismo y no por los ideales de cambio.
            Mientras, la derecha política y económica, se preparaba concienzudamente para que, cuando le llegase su hora, desarrollar la Constitución de acuerdo a sus intereses.
          Desde 1.995 hasta estos momentos se ha vaciado de contenido todo lo que tenía de progreso la Constitución de 1978: los derechos de los ciudadanos, la economía, la educación,  los servicios sociales, las libertades públicas, la justicia, y así un largo etc.
          En 2014 han dejado de tener el mismo significado los artículos del Título I, que en  1978. El art. 128 es una caricatura frente al art. 135; el capítulo tercero del Título I es una broma de mal gusto si se lee en serio y se compara con las "reformas estructurales" llevadas a cabo en los últimos años, por poner solo unos ejemplos.
            Los herederos de aquellos que  no votaron la constitución son ahora sus máximos defensores, cuando ya la han vaciado del contenido que llevó a ese " CONSENSO CONSTITUCIONAL" en el que nunca creyeron. Curiosa paradoja.
           Ya lo dijo Romanones hagan Vdes las leyes y déjenme a mí los reglamentos.

  
          LA BROCHA NEWS.