sábado, 14 de mayo de 2011

El Alcalde Stockmann y la Cola-Coca


Se levanta el telón.
El Alcalde, José  Stockmann anuncia la instalación en la ciudad de una fábrica de Cola-Coca, jarabe de consumo mundial y que, ¡oh casualidad! se inventó en España,  La empresa, según resalta el alcalde, con su nueva planta,  va a crear más de cuatrocientos puestos de trabajo, preferentemente para los vecinos de su ciudad.
Los medios de comunicación, dan la noticia de la firma del acuerdo entre el regidor y los directivos de la firma multinacional, y la población ve un hálito de esperanza en su ahogada economía, desconociendo que las aguas que entren en  la fábrica tal vez les puedan asfixiar de verdad.
            Entra escena Thomas Stockmann, médico y hermano del alcalde. Preocupado por las noticias que acaba de conocer y que quiere comentarle a este, ya que está seguro de que sí su hermano las conociese, tal vez sopesaría la instalación fabril de la multinacional.
            Thomas empieza a relatar  que por cada litro de jarabe que se fabrica, se emplean 2,7 litros de agua. Y dada la escasez endémica que siempre se ha tenido en esta región seca, aunque este año ha sido generoso en lluvias,  puede hacer que en un futuro no muy lejano  ésta pueda escasear, sobre todo después de la instalación en la misma población de otra fábrica que también utiliza este elemento como materia prima. Además, continúa el médico, siendo esto un gran despilfarro, un científico amigo de la organización WWF ha denunciado que por cada litro de jarabe se necesitan 175-200 litros de agua para producir sus azucares y que la gran cantidad de contaminantes hacen que aumenten las enfermedades en los alrededores de la zona donde se instalan.
            Thomas le enseña a su hermano la reseña de una noticia aparecida hace unos años y que no ha transcendido: “Cola-Coca tiene la obligación de liberar de contaminantes sus materias primas antes de introducirlas en el mercado. Resulta chocante que estas multinacionales aboguen por reglas comerciales globales e inversiones corporativas, pero cuando se les cuestiona su mal proceder invocan inmediatamente las leyes locales o nacionales. Cola-Coca no paga el agua que usa en India, utilizando diariamente millones de litros. Desde 1998, la fábrica de Cola-Coca en Plachimana (India) contamina las tierras, el agua y el aire de la zona, y el número de enfermedades aumenta, sobre todo las cutáneas. Además seca los pozos. A partir de marzo de 2004, esta fábrica ha sido cerrada al impedirle el uso de los recursos hídricos subterráneos que son propiedad comunitaria” escribía el plumilla en un medio internacional de prensa.
            ¡Ya!, ¡Ya!, dice su hermano,  pero eso ha sucedido hace unos años y en la India. Aquí las autoridades vamos a obligar a cumplir a la multinacional con todas  las normas ambientales y sanitarias.
            Hay universidades como las de Toronto, California, incluso Atlanta que están denunciando las malas prácticas ambientales de esta compañía, argumenta Thomas, además, insiste, Cola-Cola utiliza productos transgénicos y evita pagar impuestos, puesto que sus sedes se mueven en paraísos fiscales.
            El Alcalde Stochmann, mirando a su hermano,  piensa, además de toca-pelotas lo voy a declarar UN ENEMIGO DEL PUEBLO.
(cualquier parecido con la realidad es pura “chamba” y los datos se han obtenido del artículo de Edmundo Fayanás, publicado en Rebelión y de la BBC)
LA BROCHA NEWS

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