En un lugar de la Mancha….

             En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo, (sólo ha unos días) nuestro ínclito Presidente de esta afamada tierra, a más razón, llamado Barreda, ha declarado, con solemnidad y boato, refiriéndose a la Semana Santa, llamada por otros, (eso sí, los menos) Semana Bruja o Semana de Vecacionesenlaplayaoenlamontañaotumbadoalabartola: «hay costumbres y tradiciones muy arraigadas y me gusta que se mantengan nuestra fe, creencias y costumbres porque son anclajes emocionales».

            Tan anclados estamos que seguimos siendo la región  con un PIB menor respecto a la media nacional (la antepenúltima, sólo superadas por Andalucía y Extremadura); tan anclados estamos que somos una de las comunidades con más paro de todo el suelo patrio; tan anclados estamos  que, de los más de 217.000 parados en la región, 80.000 no reciben ningún tipo de prestación o subsidio; tan anclados estamos que no hemos podido alcanzar la media nacional  de lectura de periódicos y seguimos estando a la cola de uso de Internet; tan anclados seguimos  que hacemos este tipo de alabanzas a la superstición sólo con ansias electorales.

              No sólo ancló el barco de la demagogia sino que, además, se permitió el lujo de un canto que para sí hubiese querido Sabino Arana: «estas cosas se llevan en las venas cuando las cosas se maman desde pequeño y se asiste a este tipo de acontecimientos que de manera periódica irrumpen en nuestra vida» (refriéndose a la Jura de Bandera de los Armaos de Calzada de Calatrava, “tradicional” en la Semana… manchega). Del mismo modo destacó que en el momento actual de mundialización en el que se generaliza tanto que todo es igual, una calle en Madrid o en Nueva York, «mantener nuestras esencias y costumbres es muy importante».

            Claro, como estamos tan emocionalmente anclados pues eso, que no nos enteramos algunos.

            Al mismo tiempo era prohibida en Madrid,  por la Delegación el Gobierno (PSOE), por atentar contra la tradición católica y el turismo ¿?,  una “procesión atea” o manifestación laica, según quién la nombre.

            Lástima que no puedan arraigar y anclarse otras tradiciones como la tolerancia o la libertad. Eso y dos huevos duros.

LA BROCHA NEWS